lunes, 15 de julio de 2013

Carta de la Tierra: Principios 3, 4 y 5.


PRINCIPIO 3: JUSTICIA PARA TODOS

Ayuda a eliminar la pobreza del mundo. No hay razón que justifique la existencia de los pobres
Todas las personas tienen derecho a agua potable, aire limpio, alimentos suficientes, tierra sin contaminar, vivienda digna y saneamiento seguro.
Todos deben recibir educación y los medios necesarios para disfrutar de una vida digna.
Las personas que no pueden sustentarse solas deben ser atendidas convenientemente.
Las personas ignoradas o más necesitadas serán  las más ayudadas.

Coopera para que todo el mundo pueda crecer y avanzar de forma justa y permanente. La cooperación se dará también en todo grupo, empresa o asociación de personas.
La riqueza debe ser  distribuida de forma justa, en  tu país y en todo el mundo.
Los países más pobres deben ser liberados de su deuda económica y deben obtener los medios para desarrollarse.
El comercio del mundo debe respetar el orden de la naturaleza y las necesidades de los trabajadores.
Las empresas internacionales y las organizaciones económicas mundiales deben actuar claramente para el bien de todos.

Afirma que los hombres y las mujeres tienen el  mismo derecho a crecer de forma justa y permanente. Unos y otras recibirán educación, tendrán protegida la salud y ganarán lo mismo por idéntico trabajo
Se deben asegurar los derechos de la mujer; hay que acabar con la violencia de sexo.
Las mujeres deben participar más activamente en todos los aspectos de la vida.
Las familias  serán fortalecidas y  todos sus miembros protegidos.

Sin ninguna excepción, defiende que todos tenemos derecho a vivir en un ambiente digno donde la salud y los valores espirituales estén protegidos. Esto se refiere especialmente a la gente más explotada: minorías y pueblos indígenas
No debe haber ninguna discriminación por razón de etnia, color, sexo, orientación sexual, religión, lengua, nación, situación social ...
Todos los  pueblos tienen derecho a tener creencias, tierras, recursos y formas de vida propias.
Los jóvenes deben poder crear nuevas formas sostenibles de vida.
Deben ser protegidos los lugares del mundo de importancia cultural o espiritual.


PRINCIPIO 4: EL PUEBLO DECIDE; NO A LA VIOLENCIA, SÍ A LA PAZ

En lo que esté en tus manos, colabora para que todos participen en organizar, decidir y corregir la convivencia con otras personas. Las normas serán justas y habrá un árbitro ante las dificultades
Todos tenemos derecho a recibir información sobre el medio ambiente y cómo le afecta el desarrollo.
Es necesario que todos podamos participar y decidir en el ámbito de pueblo, ciudad, región, nación, estado y mundo.
Deben ponerse en práctica los derechos de libertad de opinión, expresión, reunión pacífica, asociación y desacuerdo.
Es necesario que actúen  los tribunales de justicia, cuando se amenaza y  daña a la naturaleza.
La corrupción ha de ser eliminada de todas partes.
Las comunidades locales: ciudades, barrios o pueblos, deben cuidar su entorno.

Estudia y practica lo que ayuda a vivir de forma justa y estable
Todos, especialmente niños y jóvenes, deben tener acceso a la educación para ayudar así al desarrollo sostenible.
El arte, la ciencia y el estudio deben educar para el desarrollo.
Televisión, radio, prensa y otros  medios de comunicación nos ayudarán a conocer las necesidades de la naturaleza y de la sociedad.
La educación moral y espiritual influye de manera decisiva en la forma de vida.

Trata  a todos los seres vivos con respeto y consideración
No se puede ser cruel con los animales; hay que evitar que sufran.
Deben suprimirse los métodos de caza o pesca que causan demasiado sufrimiento.
Hay que evitar la captura o destrucción indiscriminada de animales.

Colabora para que todas las personas vivan sin violencia, con  tolerancia y paz
Los humanos debemos comprendernos y ayudarnos mejor.
Debemos prevenir los conflictos y utilizar la cooperación.
Los ejércitos defenderán la paz y trabajaran para la restauración del mundo.
Debemos eliminar las armas nucleares, biológicas, tóxicas y de destrucción general.
El uso del espacio exterior servirá para defender el medio ambiente y la paz.
La paz sirve para que cada ser humano se encuentre a sí mismo y a los demás: las personas, las culturas, las formas de vida, la Tierra y el Todo del cual formamos parte.


PRINCIPIO 5: EL CAMINO QUE DEBEMOS RECORRER
Los seres humanos dependemos unos de otros y tenemos el deber de conservar y mejorar el mundo donde vivimos. Por esto debemos recorrer un camino que se concreta en el cumplimiento de la  Carta de la Tierra.
Es necesario imaginar y encontrar una nueva forma de vida, aquí  y en todas partes, que permita a todos crecer de forma justa y equilibrada. Las innumerables culturas existentes nos ayudan en la búsqueda y el diálogo constante   nos acerca a la verdad.
Sin duda llegarán dificultades importantes; con esfuerzo podremos  vencerlas. Con libertad y para el bienestar común encontraremos soluciones. Todos podemos hacer algo. Todo nos puede ayudar: arte, ciencia, religión, educación, medios de comunicación, empresas, organizaciones, gobiernos... La alianza hará la fuerza.
Para construir una Tierra, hogar de la humanidad, las naciones del mundo deben renovar  su unión. La Carta de la Tierra, nueva ley universal, debe ser aceptada, respetada y practicada por todos los estados y pueblos del mundo. El medio ambiente saldrá protegido y las naciones crecerán con dignidad.
Nuestro tiempo será así recordando: “Despertaron a una nueva forma de existencia”, “resolvieron crecer de forma justa y permanente”, “se esforzaron por la justicia y la paz”, “celebraron con alegría el placer de vivir”.