jueves, 28 de mayo de 2015

La importancia de la Aceptación de Nuestra Sombra

La sombra

El Alter Ego

Muy en conexión con la Persona, se encuentra ese “otro lado” de nuestra personalidad que conscientemente no mostramos en público, y que Jung llamó simbólicamente la Sombra. Está constituida por lo que consideramos inferior en nuestra personalidad. Mientras más fuerte y rígida una Persona y más nos identificamos con ella, más debemos negar otros aspectos importantes de nuestra personalidad que pueden contradecirla. Estos aspectos son reprimidos al inconsciente y contribuyen a la formación de la Sombra. Esta, de uno u otro modo, encontrará siempre formas de expresión, la mayoría de las veces a través de mecanismos de defensa de la proyección.
La sombra se refiere a lo que comúnmente denominamos nuestro Doble, el Alter Ego, el personaje negro, sombrío u oscuro que llevamos dentro. Es nuestro otro Yo. Es aquella parte de nuestra personalidad que ha sido reprimida en nuestro cuidado del Yo ideal comprometido con la máscara. Cuando figura en nuestros sueños y fantasías, la Sombra representa el inconsciente personal.

“La sombra representa un problema ético que desafía a la entera personalidad del Yo, pues nadie puede hacer consciente la Sombra sin considerable dispendio de decisión moral. En efecto, en tal realización se trata de reconocer como efectivamente presentes los aspectos oscuros de la personalidad. Este acto es el fundamento indispensable de todo conocimiento de sí, y consiguientemente encuentra, por regla general, resistencia considerable. Si el autoconocimiento se asume como medida terapéutica, constituye a menudo un proceso laborioso que puede llevar largo tiempo”.

Las verdaderas razones de este mecanismo arquetípico radican en la naturaleza misma del Ego, el cual se desarrolla como el resultado de un encuentro del Self –como potencial dirección de la personalidad- y la realidad colectiva externa. En nuestras primeras experiencias acerca de lo que es bueno o malo, base de la aceptación de sí mismo, los comienzos de la conciencia son investidos de las normas y expectativas de la colectividad externa. El niño se acepta a sí mismo, en términos de ajustamiento y adecuación. La armonía con el Self y también con la conciencia, aparecen al comienzo dependientes de las aceptaciones externas y de la Persona (donde los padres y el ambiente familiar son fundamentales). Estos nos permiten asimilar conscientemente los valores individuales (que son fundamentalmente variables a esa edad), para ser incorporados a la imagen que el Ego tiene de sí mismo. Por eso, esos contenidos son sometidos a la represión. 
No desaparecen de ningún modo; continúan funcionando como un invisible alter ego que parece (muchas veces por el uso frecuente de la proyección) estar fuera de uno mismo. Hay que anotar además, que las cualidades reprimidas pueden ser muy básicas para las estructuras fundamentales de la personalidad so pena que, porque reprimidas, permanezcan primitivas y, por tanto, negativas.
En efecto, si bien los contenidos de la Sombra son removidos de la conciencia del ego, continúan vivos como complejos emocionales. Pero esto también los remueve de la supervisión del Yo, y pueden así continuar una existencia sin ser chequeados y con manifestaciones disruptivas sorprendentes. Muchas veces la Sombra es observada por los demás (cuando éstos saben “ver”), aunque el sujeto mismo no tiene conciencia de lo que manifiesta.


Es necesario reconocer a la Sombra

El reconocimiento de la Sombra –cuando no se sabe con prudencia el proceso- puede acarrear un verdadero shock de variados grados de intensidad, lo cual en general depende de la fuerza de las convicciones morales y éticas de cada cual.
Existen diversas y posibles reacciones frente a la Sombra desde el punto de vista más bien extraterapéutico:

  • Podemos rehusar el enfrentarnos con ella;
  • O bien, cuando la reconocemos como parte de nuestra vida, podríamos querer eliminarla o colocarla en su sitio inmediatamente.
  • Podemos rehusar el que tenemos responsabilidad en ella, y dejarla que saiga su camino, sin supervisión alguna;
  • O bien, podemos “sufrirla” de manera constructiva, como partede nuestra personalidad, lo cual puede conducirnos a una actitud de humildad y a un sentido de lo humano saludables y, eventualmente, a nuevos insights y horizontes más amplios acerca de nosotros mismos, del mundo y la cultura que nos rodean.
Cuando este shock ocurre, -en general en el proceso terapéutico- pueden ocurrir diversas posibilidades:
Una es que el individuo sea sobrepasado por el inconsciente y caiga en la psicosis o en una depresión suicida. El terapeuta debe reemplazar aquí el ego desplomado, a través de la transferencia. No es cosa muy fácil, por supuesto.
Una segunda posibilidad es que el sujeto acoja ingenuamente los contenidos del inconsciente colectivo y caiga en obsesiones extrañas y excéntricas ideas qu3e lo apartarán de su medio social.
La tercera puede pasar más corrientemente, fuera de las sesiones terapéuticas. El sujeto, después de graves angustias, restaura su modo habitual preterapéutico de funcionar, pero muy debajo de su natural habilidad. Es una especia de regresión a una etapa que le funcionaba bien, pero ahora empobrecida. El problema es que este hombre recurrirá ahora con más facilidad a proyectar su sombra, echando a los demás la culpa de sus inhabilidades actuales.
La aceptación de la Sombra involucra el darse cuenta de datos y hechos. De ningún modo significa que la Sombra debe ser actualizada indiscriminadamente. Esto sería más bien una identificación y no una aceptación. Es importante que los elementos inconscientes nos hablen a nosotros en vez de a través de nosotros. La represión –dice Jung- (o el dejar ir y hacer) aparecen siempre más fácil que la disciplina. La represión es opuesta a la disciplina, y nos hace más inconscientes nuestros motivos, más irresponsables por tanto, y nos inclina hacia caminos de patología a través de la proyección. Aunque no somos responsables de los modos en que somos o sentimos, tenemos que ser responsables de los modos en que actuamos. La disciplina está en la habilidad para actuar de una manera contraria a nuestros sentimientos, cuando es necesario, sabiendo que no podemos resistir todos nuestros impulsos y siempre. El control yoico, a diferencia de la represión, es una prerrogativa muy exclusiva del ser Humano, como también una necesidad. Hay veces en que no será posible restringir nuestros impulsos; pero, en todo caso, podemos poner un esfuerzo consiente para ponerle elementos aditivos mitigantes o, al menos, pedirnos disculpas a nosotros mismos o a los demás.
Tratar con la sombra, en síntesis, implica dificultades. Hay que estar buscando sus trazas para traerlas a la conciencia, lo cual tampoco es fácil: esto es lo que soy y lo que soy capaz de hacer.



Lectura extraída del libro: “Introducción a la Psicología de Jung”,  (1995).

martes, 19 de mayo de 2015

"No es como en mis tiempos"

"No es como en mis tiempos".

Estas fotos me hacen reflexionar sobre un punto importante (se muestran abajo). 

La generación de personas desde los 70’s, disfrutamos de una niñez, efectivamente, fuera del rango de la tecnología que hoy en día vivimos,donde la creatividad y los espacios eran más libres de hacer y disfrutar, así como la educación era diferente. Hoy vemos, que la niñez se encauce hacia la tecnología, y que se trata de “entretenerlos”, donde la educación está dando nuevos rubros y con más alternativas. 

Se nos hace fácil, ver ahora que la tecnología es parte de nuestro andar cotidiano. Pero que, curiosamente, esa generación de los 70’s donde ya son adultos, algunos siendo padres y con familias, hayan adoptado esas formas de “entretenimiento”, siendo que vivieron una infancia más libre en las calles y en los juegos cooperativos. Y esa niñez que hoy vemos, son los niños de los cuales nos encargamos. 

No solo se trata que el mundo nos haya aventado la tecnología, es como nosotros la introducimos en nuestras vidas. Se trata que como adultos de una generación que disfrutó su niñez, de mostrarles a los  niños todo aquello que disfrutamos nosotros. Así también, hay que considerar que el mundo cambió en cuanto a seguridad, formas de comunicarse, el trabajo, la economía, los estratos sociales, etc. 

De nosotros depende, de cómo los niños ven la tecnología como algo “indispensable” en sus vidas. ¿Qué tan importante es tener un Iphone6, para qué lo quiero? Un Iphone 6 es una herramienta de comunicación y trabajo, o es una forma de “entretenimiento”. Lo quiero para “olvidarme del mundo”, para distraer a mis hijos cuando están inquietos, o lo ocupo cuando es necesario. 

Creo que la reflexión va por el sentido, en cómo nosotros como adultos, les damos el ejemplo a los niños de esas herramientas tecnológicas, pues hay que considerar muchos factores alrededor. Si quiero que mi hijo disfrute de su niñez como yo la viví, y estoy conciente que ya no escomo en “mis tiempos”, entonces, una solución es salir a jugar con ellos,llevarlos al parque, cuidarlos, mostrarles aquello de lo que afortunadamente,nosotros disfrutamos. En lugar, obvio, de darles un Ipad para que se entretengan en casa porque ahora las calles son inseguras. Y, por supuesto,enseñarles a mediar entre la creatividad propia y la tecnología, pues tampoco se trata que todo sea blanco o negro. Pero es nuestro ejemplo, el que conducirá a esos niños a que disfruten una infancia de verdad.







sábado, 16 de mayo de 2015

Trabajo con Arcilla en Niños

Trabajo con Arcilla en Niños.

De todos los materiales que uso con los niños, la arcilla es definitivamente mi favorita. Por lo general el trabajo junto con los chicos y ello me hace sentir bien y relajada. Su flexibilidad y maleabilidad se acomoda a diversas necesidades. Consideremos sus atributos: es maravillosa porque es sucia, blanda, suave y sensual, atrayente para todas las edades. Promueve el trabajo a través de los procesos internos más primarios. Permite un flujo entre ella y el usuario que no es igualado por ningún otro material. Es fácil identificarse con ella. Ofrece experiencias táctiles y kinestésicas. Muchos niños con problemas de percepción y motricidad necesitan este tipo de experiencia. Acerca a las personas a sus sentimientos. Quizás sea su misma fluidez la que produce una unión entre el medio y el usuario.

Con frecuencia parece penetrar la coraza protectora, las barreras en un niño. Las personas que están muy distanciadas de sus sentimientos y que continuamente bloquean su expresión, por lo general están desconectadas de sus sentidos. A menudo la sensualidad de la arcilla les tiende un puente entre sus sentidos y sus sentimientos. El niño agresivo puede usar la arcilla para golpearla y machacarla. Los niños que están enojados pueden ventilar su ira de muchas maneras por medio de la arcilla.

Los que son inseguros y temerosos pueden sentir una sensación de control y dominio a través de la arcilla. Es un material que se puede "borrar" y que no tiene normas claras y específicas para su uso. Es muy difícil cometer un "error" con la arcilla. Los niños que necesitan reforzar su experiencia de autoestima vivencian un sentido único del yo a través de su manejo. Es el material más gráfico de todos para que el terapeuta pueda observar el proceso de un niño. El terapeuta puede realmente ver lo que está ocurriendo con el niño con sólo observar cómo trabaja la arcilla. Es un buen eslabón para la expresión verbal de niños no comunicativos. Permite al muy parlanchín, incluyendo a quienes sus padres y maestros acusan de hablar demasiado, un medio de expresión que les ahorra montones de palabras. Ayuda a los niños a cultivar y satisfacer su curiosidad sobre el sexo y las partes y funciones del cuerpo. Un niño puede gozar el uso de la arcilla como una actividad solitaria, y el trabajo con ella también puede ser una actividad muy social. Los niños sostienen maravillosas conversaciones entre ellos durante actividades no dirigidas. A menudo interactúan unos con otros a un nivel diferente, compartiendo pensamientos, ideas, sentimientos y experiencias.


Hay personas que no gustan del desaliño de la arcilla. En realidad es el material de arte más limpio después del agua. Cuando se seca, queda convertida en un polvo fino que es fácil de lavar, cepillar, aspirar o limpiar con esponja de las manos, ropa, alfombras, pisos, mesas. La arcilla tiene propiedades curativas. Escultores y ceramistas han observado que las cortaduras cicatrizan más rápido si se las deja expuestas mientras se manipula la arcilla.

La mayoría de los niños se aficiona fácilmente a la arcilla, pero de vez en cuando uno ve a un niño que teme a la húmeda y "sucia" masa que representa para él este material. Esto mismo le revela al terapeuta muchas cosas sobre el niño y una útil dirección para el curso de la terapia. Ciertamente hay un vínculo directo entre su limpieza compulsiva y sus problemas emocionales, y puede que esto no se evidencie con ninguno de los otros materiales presentados al niño. Yo trabajaré suavemente, introduciendo la arcilla en forma gradual tras su resistencia inicial a ella. Tal niño con frecuencia siente fascinación y a la vez repulsión, y empieza a adentrarse cautelosamente.

Encuentro que los niños a menudo tienen un limitado repertorio de qué cosas hacer con la arcilla. Dele a un niño un trozo de greda e inevitablemente hará un cenicero, un bol o tal vez una serpiente. Mientras más experiencia tenga un niño con la sorprendente flexibilidad y versatilidad de este medio, mayor será su oportunidad de expresarse. Encuentro que es útil entregar un estuche de "herramientas" para usar con la arcilla: un mazo de goma (esencial), un rebanador de queso, una espátula, un prensa-ajos, un raspador o picador de alimentos (con mango), un lápiz para hacer perforaciones, una prensadora de patatas, etc. Siempre estoy alerta a cualquier otro ítem interesante de la cocina, del cajón de herramientas, o donde sea. Mientras más inadecuado parezca el utensilio (es decir, no diseñado específicamente para trabajar la arcilla), mejor.



Fuente: Violet Oaklander. Ventanas a nuestros niños. Terapia gestalt para niños y adolescentes, p. 67-69

365 Gratiful




¿Cuántas veces agradecemos lo que vivimos cada día?
"365Grateful" es un proyecto que llevó a cabo la fotógrafa Hailey Bartholomew: Taking one photo every day of something I was grateful for really re-programmed my brain. Seeing and celebrating the good in my life affected not only the way I felt spiritually and physically but it improved my relationships with others too. The idea has spread all over the world and it has been amazing to see how the practice of gratitude has helped people of all different walks of life.

Realmente, es una excelente idea, para retomar aquellas cosas de las nos perdemos sin percatar, que cada día hay algo por qué agradecer. Espero disfruten el video.

jueves, 14 de mayo de 2015

El sentido del Yo en el Niño

El sentido del Yo en el Niño

Los niños de alguna manera se autoprotegen. Algunos se retraen para evitar ser dañados. Otros se fabrican fantasías para entretenerse y hacer sus vidas más fáciles y viables. Algunos juegan-trabajan-aprenden (pues todo está conectado) como si nada importara, dejando fuera todo lo que es doloroso. Otros se protegen dando cualquier tipo de golpe; tales niños son lo que obtienen mayor atención, lo que con frecuencia tiende a reforzar esa misma conducta tan aborrecida por los adultos. Los niños hacen lo que pueden para abrirse paso, para sobrevivir.

El empuje de los niños es hacia el crecimiento. Haciendo frente a las carencias e interrupciones del funcionamiento natural, adoptan alguna conducta que parece servirles para abrirse paso. Puede que actúen en forma agresiva, hostil, iracunda, hiperactiva. Tal vez se recojan a mundos de su propia hechura. Puede que hablen lo menos posible o nada. Quizás se pongan temerosos de todos o todo, o de alguna cosa especial que afecta su propia vida y de todos los que de alguna manera están involucrados con ellos. Excepcionalmente, puede que se vuelvan amables y "buenos" en exceso. Tal vez se aferren odiosamente a los adultos de su mundo. Puede que se orinen en la cama, se ensucien en sus pantalones, tengan asma, alergias, tics, dolores de estómago, dolores de cabeza, accidentes. No hay límite a lo que un niño puede hacer en su intento para que se preocupen de sus necesidades.

A medida que el niño se convierte en adolescente, puede que estas conductas se exageren más o se transformen en otras nuevas tales como la seducción y la promiscuidad, o el abuso del alcohol y otras drogas. Bajo estos intentos de hacer frente, siempre hay necesidades insatisfechas que derivan en la pérdida del sentido del yo.

A veces el niño funciona en su vida con ideas que no le pertenecen, que no son legítimamente suyas. A menudo los niños crecen creyendo lo que oyen acerca de sí mismos, tragándose entera la información errada sobre ellos mismos. Por ejemplo, un niño tal vez crea que es estúpido porque su padre, en un momento de ira, lo llamó así a causa de su propia frustración. Puede que recoja un mensaje implícito, no verbal de que es torpe, porque sus padres se ríen de él cuando bota algo o se impacientan continuamente con sus laboriosos intentos de hacer cosas. A menudo los niños asumen y actúan las características y descripciones que han recogido de los demás. Mi tarea, entonces, como terapeuta, es ayudar al niño a separarse de estas evaluaciones externas y autoconceptos errados, y ayudarlo a redescubrir su propio ser.

Así que cuando trabajo con un niño, un adolescente, o también con un adulto, sé que necesitaremos retroceder y recordar, recuperar, renovar y reforzar algo que alguna vez tuvo cuando bebé y que ahora parece perdido. A medida que despiertan sus sentidos, que comienza a conocer nuevamente su cuerpo, puede reconocer, aceptar y expresar sus sentimientos perdidos. Aprende que puede hacer elecciones y verbalizar sus deseos, necesidades, pensamientos e ideas. A medida que aprende quién es y lo acepta en su diferenciación con uno, se contactará con usted, y usted lo sabrá. Es capaz de hacerlo ya sea que tenga 3 u 83 años de edad.

Yo trabajo para construir el sentido del yo del niño, para reforzar las funciones de contacto y para renovar su propio contacto con sus sentidos, cuerpo, sentimientos y uso de su intelecto. Mientras lo hago, las conductas y síntomas que ha usado para su mal conducida expresión y crecimiento, frecuentemente desaparecen sin que se percate plenamente de que sus comportamientos están cambiando. Su toma de conciencia es redirigida a la percepción sana de sus propias funciones de contacto, su propio organismo, y por ende, a conductas más satisfactorias.



Fuente: Violet Oaklander, Ventanas a nuestros niños. Terapia gestáltica para niños y adolescentes, p. 57-59.

martes, 12 de mayo de 2015

Las fantasías y las mentiras en los niños



Las fantasías y las mentiras en los niños.

A través de la fantasía podemos divertirnos con el niño y también averiguar cuál es su proceso. Generalmente su proceso de fantasía (la forma en que hace las cosas y se mueve en su mundo de fantasía) es el mismo que su proceso de vida. A través de la fantasía podemos examinar los reinos interiores de la existencia del niño. Podemos extraer lo que está oculto o eludido y además averiguar qué está sucediendo en la vida del niño desde su perspectiva. Por estas razones estimulamos la fantasía y la usamos como herramienta terapéutica.


Algunos padres me han solicitado que distinga entre fantasías y mentiras. Otros se preocupan porque sus hijos parecen perderse en un mundo de fantasías. El mentir es síntoma de que algo anda mal para el niño. Es más bien una forma de comportamiento que una fantasía, aunque a veces ambas se fusionan. Los niños mienten porque temen declarar su posición, enfrentar la realidad tal como es. Con frecuencia están inmersos en el temor, la inseguridad, una mala autoimagen o la culpa. Son incapaces de enfrentarse con el mundo real que los rodea, y por consiguiente, recurren a una conducta defensiva, actuando en forma opuesta a como sienten realmente.


A menudo los niños se ven obligados a mentir por sus padres. Puede que éstos sean excesivamente estrictos o inconsistentes, tengan expectativas que al niño le resulten demasiado difíciles de cumplir, o sean incapaces de aceptar a su hijo tal como es. Entonces el niño se ve forzado a mentir como una forma de autopreservación.


Cuando un niño miente, a menudo se cree a sí mismo. Trama una fantasía alrededor de la conducta que es aceptable para él. La fantasía se convierte en un medio para expresar aquellas cosas que a él le cuesta admitir como realidad.


Yo tomo con seriedad las fantasías de un niño, como una expresión de sus sentimientos. Dado que la gente generalmente no escucha, ni entiende ni acepta sus sentimientos, tampoco él lo hace. No se acepta a sí mismo. Debe recurrir a una fantasía, y posteriormente, a una mentira. De modo que aquí una vez más es necesario comenzar a sintonizarse con los sentimientos del niño, más que con su conducta, para empezar a conocerlo, escucharlo, entenderlo y aceptarlo. Sus sentimientos son su verdadera esencia. Al reflejárselos, también él comenzará a conocerlos y aceptarlos. Sólo entonces se puede ver el mentir en forma realista, por lo que es: una conducta que el niño utiliza para sobrevivir.


Los niños se construyen un mundo de fantasía porque encuentran difícil vivir en su mundo real. Cuando trabajo con un niño así, puede que lo estimule a contarme sobre sus imágenes e ideas fantásticas, e incluso que las elabore, para así poder entender su mundo interior.


Los niños tienen muchas fantasías de cosas que jamás sucedieron en verdad. Sin embargo, para estos niños son muy reales y a menudo las guardan dentro de sí, lo que a veces los lleva a comportarse en formas inexplicables. Con frecuencia estas fantasías imaginarias-reales despiertan sentimientos de temor y angustia; es necesario sacarlas a luz para tratarlas y terminar con ellas.




Violet Oaklander, Ventanas a nuestros niños. Terapia gestáltica para niños y adolescentes, p. 10 -12.