lunes, 29 de junio de 2015

Los principios básicos de la Terapia de Juego No-Directiva

Los principios básicos de la Terapia de Juego No-Directiva

Los principios básicos que guían al terapeuta en todos sus contactos terapéuticos no-directivos son muy sencillos, pero de enormes probabilidades cuando son ejecutados con sinceridad, consistencia e inteligencia.

Los principios son los siguientes:
  1. El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual se establece una armonía lo antes posible.
  2. El terapeuta acepta al niño tal como es.
  3. El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la rela­ción, de tal forma que el niño se siente libre para expresar sus sen­timientos por completo.
  4. El terapeuta está alerta a reconocer los sentimientos que el niño está      expresando y los refleja de nuevo hacia él de tal forma que logra profundizar más en su comportamiento.
  5. El terapeuta observa un gran respeto por la habilidad del niño para solucionar sus problemas, si a éste se le ha brindado la opor­tunidad para hacerlo. Es responsabilidad del niño decidir y realizar cambios.
  6. El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño en forma alguna. El niño guía el camino; el terapeuta lo sigue.
  7. El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia. Este es un proceso gradual y, como tal, reconocido por el terapeuta.
  8. El terapeuta establece solo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la terapia en el mundo de la realidad y hacerle patente al niño de su responsabilidad en la relación.

 El terapeuta conviene en que la terapia no-directiva no es una panacea. Admite que, como todas las cosas, esto también tiene sus limitaciones, pero la experiencia acumulada indica que las impli­caciones de este tipo de terapia son un reto y una inspiración para aquellos que están interesados en los problemas de adaptación.
Cuando un niño llega para terapia de juego, es por lo general debido a que algún adulto lo ha traído o enviado a la clínica para su tratamiento. El chico aborda otra singular experiencia en igual forma que afronta todas sus nuevas experiencias -ya sea con en­tusiasmo, temor, precaución, resistencia o cualquiera otra forma que sea típica de su manera de reaccionar ante nuevas situacio­nes-. El contacto inicial es de gran importancia para el éxito de la terapia. Es durante este contacto cuando se prepara el escenario, por así decirlo. La estructuración es presentada al niño, no sola­mente por medio de palabras, sino también con la relación que es establecida entre la terapia y el niño.


La estructuración

La palabra estructuración es utilizada en este caso para referirse al fortalecimiento de la relación de acuerdo con los principios ante­riores para que el niño comprenda la naturaleza de los contactos terapéuticos y, por ende, esté en posibilidad de utilizarlos plena­mente. La estructuración no es una cosa casual, sino un método cuidadosamente planeado para introducir al niño a este medio de expresión personal que trae consigo liberar sentimientos y adquirir un mayor conocimiento de sí mismo. No es una explicación verbal de lo que se trata todo esto, sino una forma de establecer la relación.

La relación que se origina entre el terapeuta y el niño es el fac­tor decisivo para el éxito o fracaso de la terapia. No es una relación fácil de establecer; el terapeuta debe establecer un esfuerzo sincero para comprender al niño y confrontar constantemente sus respuestas contra los principios básicos y evaluar su trabajo en cada caso, para que él, también, acreciente su entendimiento respecto a la dinámica del comportamiento humano.


Fuente: Terapia de Juego, Virginia Axline. 

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