jueves, 16 de julio de 2015

Desarrollo en la Niñez Media

Epistemología Genética, por Jean Piaget

 Etapa 3: Operaciones Concretas

Las operaciones concretas se consolidan entre los 6-7 años y entre los 11 – 12 años. En esta etapa evoluciona la inteligencia representativa.
El paso del pensamiento intuitivo al operatorio supera el carácter cambiante, inestable y subjetivo del pensamiento pre – operatorio en el sentido de una mayor estabilidad, coherencia y movilidad. El pensamiento se vuelve verdaderamente lógico.
Según Piaget existe una continuidad funcional: la inteligencia sigue siendo una marcha progresiva hacia una mayor adaptación, en la que la asimilación y la acomodación juegan un papel primordial en el intercambio entre el sujeto y el entorno.
La intuición es una acción interiorizada. Progresivamente las acciones interiorizadas que permanecían aisladas en la etapa anterior se integran en sistemas de acciones, en el sentido de que una acción puede compensar o anular a otra anteriormente ejecutada.
Esta propiedad de poder integrarse en un sistema concede al pensamiento operatorio un equilibrio que está ausente en el pensamiento intuitivo, el cual se caracteriza por un equilibrio inestable.
Una vez desarrollados los principales  esquemas sensomotores y elaborada ya, a partir de un año y medio a 2 años, la función semiótica, podría esperarse que está bastara para permitir una interiorización directa y rápida de las acciones en operaciones.
La constitución del objeto permanente y a del grupo práctico de los desplazamientos prefiguran la reversibilidad y las convenciones operatorias que parecen anunciar la próxima formación.
El niño ya aprendió a realizar acciones físicas enfocadas a resolver problemas físicos.
  
Descentración (indispensable para la operación):
Física. Inicialmente (entre objetos), tiene que manipular los objetos para dirigir sus acciones a los diferentes problemas que se le presentan.
Cognitivamente. Ahora el niño empieza a diferenciar representaciones entre ellas y el objeto. Que el otro piense diferente al niño, sus propios deseos. Se construye el engaño con las suposiciones de un sujeto con respecto al otro,  de lo que piensa o siente.
Socialmente. Es capaz de establecer relaciones interpersonales, intercambio con el otro. Puede predecir la conducta del otro (que el otro te entienda). Para poderme relaciona con alguien, debo suponer que él comparte también mi mundo representacional. Las personas  son entes, separados de los objetos, análogos a él pero diferentes.

No todas las representaciones entre él mismo y los demás como sujetos, en cuanto a sus características extrínsecas (más allá de las características físicas, para qué sirven). Por ejemplo, como se relaciona entre ellos, lugar en la familia.
Tiene que llevar las características que ya sabía de los objetos. Al juntar los 3 elementos anteriores, establece la diferenciación. La descentración es un elemento clave para el paso de las operaciones concretas.
Operación concreta: el niño es capaz de hacer una serie de operaciones; sin embargo, todavía no puede realizar  hipótesis, no hay interpretación. Necesariamente para comprobar esas hipótesis tiene que realizar en lo físico, observable.  Es capaz de hacer una serie de combinaciones (de lo que sabe de los objetos), pero para resolver dicho problema, lo tiene que hacer físicamente. Es capaz de dar soluciones a nivel mental pero lo tiene que llevar a cabo.
El niño ya debe de tener indicios de descentración cognitiva y social. Son operaciones dirigidas a los objetos del mundo físico, ya hay combinaciones mentales pero la comprobación del fenómeno, tiene que ser física.


Etapa de Operaciones Concretas
(5/7 – 12 años).
Los procesos de razonamiento se vuelen lógicos y pueden aplicarse a problemas concretos o reales. En el aspecto social, el niño ahora se convierte en un ser verdaderamente social y en esta etapa aparecen los esquemas lógicos de seriación, ordenamiento mental de conjuntos y clasificación de los conceptos de casualidad, espacio, tiempo y velocidad.
  


Teoría Psicosocial, por Erik Erikson.

Estadío: Industria versus Inferioridad-Competencia

Competencia y Productividad Versus Inercia y Formalismo
Edad escolar – Latencia: 5 – 6 a 11 – 13 años.

 Desde los seis años hasta la pubertad, los niños comienzan a desarrollar una sensación de orgullo en sus logros. Inician proyectos, los siguen hasta terminarlos, y se sienten bien por lo que han alcanzado. Durante este tiempo, los profesores desempeñan un papel creciente en el desarrollo del niño.
En el período de latencia disminuyen los intereses por la sexualidad personal y social, acentuándose los intereses por el grupo del mismo sexo. La niñez desarrolla el sentido de la industria, para el aprendizaje cognitivo, para la iniciación científica y tecnológica; para la formación del futuro profesional, la productividad y la creatividad. En ella es capaz de acoger instrucciones sistemáticas de los adultos en la familia, en la escuela y en la sociedad; tiene condiciones para observar los ritos, normas, leyes, sistematizaciones y organizaciones para realizar y dividir tareas, responsabilidades y compromisos. Es el inicio de la edad escolar y el aprendizaje sistemático. Es función de los padres y de los profesores ayudar a que los niños se desarrollen sus competencias con perfección y fidelidad, con autonomía, libertad y creatividad. La fuerza dialéctica es el sentimiento de inadecuación o de inferioridad existencial, sentimiento de incapacidad en el aprendizaje cognitivo, comportamental y productividad. De la resolución de esta crisis nace la competencia personal y profesional para la iniciación científica-tecnológica y la futura identidad profesional, expresada en la frase: “Yo soy el que puedo aprender para realizar un trabajo”. El aprendizaje y el ejercicio de estas habilidades y el ejercicio del ethos tecnológico de la cultura desarrollan en el niño el sentimiento de capacitación, competencia y de participación en el proceso productivo de la sociedad, anticipando el perfil de futuro profesional. Cuando el niño ejecuta estas habilidades exclusivamente por el valor de la formalidad técnica, sacrificando el sentido lúdico y la fuerza de la imaginación, puede desarrollar una actitud formalista en relación a las actividades profesionales, volviéndose esclavo de los procesos tecnológicos y burocráticos. Aquello que debería ser un momento de placer y de alegría, unido al sentimiento de realización personal e integración social, acaba siendo un proceso desintegrante y formalista.


Laboriosidad vs. inferioridad
(de los 6 años a la pubertad)
Aprende el valor del trabajo, adquiere las habilidades y las herramientas de tecnología. La competencia ayuda a ordenar las cosas y a hacer las funcionar.
La frustración repetida y el fracaso conducen a una sensación de no adecuación y de inferioridad que afecta a la visión de la vida.



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