“Los
papás, al no estar de acuerdo en fomentar valores y creencias, así como en el
tipo de educación para sus hijos, les regalan un doble mensaje. La pareja debe
respetarse, tener constante comunicación, armonizarse, colaborar en equipo y
realizar acuerdos”.
Al
trabajar con los papás, se debe tomar en cuenta la educación, los valores, las
expectativas que traen ambos como pareja o matrimonio. Esto es importante, en cuanto lo que
transmiten a sus hijos, y cómo los están educando. El ejemplo de una vida sana,
viene desde casa y, que a la vez, viene de nuestras historias.
Términos
como “machismo o feminismo, mandilón o dejada”, son términos culturales que
existen por la estructura de la sociedad. En muchas culturas, varía la estructura
familiar, así que tenemos diferencias palpables de cómo se desea educar a los
hijos y, a la vez, implementar un sistema que funcione para la familia que se
construye.
Cuando
los papás traen a sus hijos a consulta, las “quejas sobre los hijos”, se
enfocan en la obediencia, en los cambios de conducta. Y cuando se les pregunta
a los papás, si platicaron sobre qué educación darles a sus hijos, varios
responden: “no lo platicamos”.
Antes
de formar una familia, se empieza por la construcción de la pareja. Se platican
sobre los valores, ideales, deseos, que agrada y que desagrada. Pero antes de
esto, es aceptar como es el otro, ver sus virtudes y sus dificultades; así,
cada integrante de la pareja, sabe en qué consistirá su rol. El amor consiste
en aceptar como es el otro y brindarle la libertad que merece. Conforme se va
avanzando, se comienzan con los acuerdos de lo que desean para su pareja y,
posteriormente, para el surgimiento de la familia. Así, los valores, el tipo de
educación y las expectativas, se enfocarán en un mismo canal.
Ambos,
deben concordar en cómo llevarán el funcionamiento de la casa, pues las
imposiciones no deben existir. Cada integrante de la pareja, se encargará de
algo en específico, pero a la vez, siempre apoyando al otro cuando se requiera.
Por ejemplo, si ambos trabajan, ambos deben concordar en las tareas que cada
una puede realizar. La pareja, debe conocer el funcionamiento de la casa, así
se apoyarán de una mejor manera en aquellos momentos en que el otro no pueda
por ciertas circunstancias.
Otro
punto importante, es el respeto. A partir del respeto, la pareja funciona en
armonía y los acuerdos se realizan sin ningún problema, pues cada uno tiene
claro lo que desea y en lo que puede ayudar. Cuando las situaciones se
complican por causas externas, la pareja debe volver a acordar cómo llevarlas a
cabo. Siempre debe existir la comunicación en la pareja.
Es
importante que la pareja se sienta realizada a nivel personal, que se sientan
apoyados y sean capaces de apoyar. En como funcione la pareja, dependerá en
cómo funcione la familia. Ambos padres, deben dar el mismo ejemplo en
cuestiones de valores, obediencia. Si existen desacuerdos, se deben llegar a
puntos lo más próximos para ambos, y explicarles a los hijos, que cada persona
tiene una perspectiva particular, así se fomentará el respeto, no criticarán ni
juzgarán a los demás en el futuro.
Si
ambos padres acuerdan en la implementación de reglas, normas y hábitos, sus
hijos recibirán un mensaje claro de lo que se puede o no se puede hacer en
casa, en la familia y ante los demás. Si existen varios hijos, se deben tratar
a todos por igual, así funcionará mejor la familia.
Los
niños absorben los comportamientos de los padres, así que deben poseer una
inteligencia emocional que los conduzca a manejarse a lo largo de la vida. Por
lo general, los papás son más concretos en la forma de comunicarse con los
hijos; entonces, el papá al dar órdenes concretas o platicar sobre un tema, los
hijos sabrán que papá es concreto. Las mamás son más reflexivas, ayudan a los
hijos a conocer sus emociones y deseos, así los hijos sabrán que mamá nos da la
oportunidad de ahondar sobre algo. Pero los papás, al ser diferentes en sus
formas de comunicar y educar, deben concordar. Por ejemplo, si el hijo no
obedeció una regla de casa, y la mamá le llamó la atención, el papá debe apoyar
esa llamada de atención. Los papás deben tener el mismo nivel de autoridad, así
al hijo le quedará claro que sus papás están de acuerdo, así sabrá qué es lo
que puede o no hacer. Así, tendrá una educación clara.
Si
los papás empiezan a desentonar, el hijo recibirá un doble mensaje. Mientras la
mamá le dice que no lo puede hacer, y el papá le dice que sí (o viceversa) se
pierde el acuerdo, se pierde la autoridad en cada uno de los papás, y los hijos
sabrán con quién acudir, esto es a lo que mencionan “que los hijos toman la
medida de los papás”.
Se
debe estar de acuerdo en lo más que se pueda, siempre respetando a cada
integrante de la familia, siempre que exista la comunicación, siempre que se
tenga claro que es lo que se desea educar y construir en la familia. Esto debe
ser desde el inicio; si los papás acuerdan cómo realizarán la llegada de un
bebé, quién lo cambia, quien lo baña, etc., la carga de las tareas será más
liviana. Tal vez no se pueda hacer en su totalidad, es recordar que siempre
deben existir acuerdos entre los papás.
Con
el ejemplo de equipo que dan los papás, los hijos absorberán la colaboración en
casa, querrán ayudar en su funcionamiento, les quedarán más claras las reglas a
seguir, serán niños con un solo mensaje brindado por sus papás.
Esta
nueva estructura de familia, es la que ha surgido en la actualidad. Cada vez
existen más papás y mamás interesados en aprender y mejorar sus familias, en
brindarles valores que los lleven al respeto, a la armonía, al conocimiento de
sí mismos, asimismo con darles las herramientas indispensables para desarrollar
una inteligencia emocional que los haga conocer y manejar lo que sienten y
piensan, y los llevan a actuar de una manera más sana.
Esta
estructura es más equitativa, olvidándose de los roles tradicionales e
involucrando a papá y mamá al desarrollo de sus hijos. Para concluir, lo que
debemos tener en cuenta como pareja y como papás es: el amor, el respeto, la
comunicación, la armonía, la colaboración, los acuerdos.