NORMALIZANDO LA VIOLENCIA DESDE CASA
La fotografía
que ha estado rondando por las redes, es reflejo de la realidad social y cultural
en la que estamos viviendo. Dentro de la noticia podemos encontrar el
descontento sobre el hecho y preguntarse en cómo los padres decidieron
disfrazar a su hijo de esta manera. Es una realidad que vivimos indiscutiblemente,
muy cruda y a un simple paso que la violencia ejercida en la narco-cultura esté
a nada de ser normalizada.
Además
que las noticias que presenciamos día a día, las imágenes cada vez son más explícitas,
mostrando los cuerpos degollados, destazados y torturados, (agregando que
también hay videos al respecto); ahora también son parte del repertorio del
entretenimiento para adoctrinarnos sobre la violencia y se nos haga costumbre
la muerte, pero no solo eso, sino que nos acostumbremos a muertes “de este tipo”
donde sea normal saber que haya desaparecidos, muertes dolorosas, trata de
personas, comercio sexual de mujeres y niños/as, etc. Es decir, privación de la
libertad y violación a los derechos humanos. En el repertorio de Netflix,
podemos encontrar series como “La reina del sur”, “Narcos” y “El Chapo”, y han
ido en aumento las series dirigidas a esta temática. ¿Cuántas personas toman
estas series como parte de su consumo de entretenimiento?
Por otra
parte, existen sucesos mucho más sutiles que van siendo parte de lo que
consumimos. Con el estreno de la película “Jóker”, hubo revuelo en expresar que
no llevaran a los/as niños/as a verla por ser clasificación B-15, “que no salía
Batman y que era muy violenta para su entendimiento”. ¿Con cuántas películas se
debería hacer lo mismo, que los padres no lleven a sus hijos/as a ver películas
con contenido fuera de su entendimiento? Esto mismo se relaciona con lo que
acontece en estas fechas con el pretexto de Halloween y el Día de muertos, pues
es indudable que los niños/as disfrutan disfrazarse, de salir, ver ofrendas y
pedir dulces. ¿Cuántos papás/mamás permiten a sus hijos/as menores de 12 años ver
películas con clasificación B y que se disfracen de personajes de esas
películas?
Según
la Dirección General
de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), la clasificación para las producciones en los medios
de comunicación en cine, televisión y radio:
Los padres y madres deben revisar
con detenimiento el contenido de los productos que están a disposición de sus hijos/as,
desde películas, libros y juguetes, hasta el uso de las redes sociales y el
acceso a internet, sean desde fines educativos hasta de entretenimiento. ¿Cómo protegen a sus hijos/as de la
violencia, les explican en qué consisten los riesgos actuales? ¿Consideran que
es una exageración recomendar que sus hijos/as no vean contenidos no aptos para
su edad?
Permitir
que se disfracen de personajes como Chucky o Pennywise, puede implicar varias
cosas en los/as niños/as. A pesar que en ocasiones haya adultos que acompañen
al infante a verlas, no pueden evitar en algunos de ellos/as puedan provocan
efectos negativos (como pesadillas o miedo a la oscuridad). Por ejemplo, no es
válido que un niño más grande, un adolescente o un adulto se burle del infante si
le causa miedo ver una película que no es apta para su edad.
Además, el adulto está normalizando
que el infante vea películas que contengan violencia, escenas sexuales,
expresiones inadecuadas, o personas que padecen de trastornos mentales y se
convierten en asesinos. El infante se le hará “normal”, pero el adulto no se da
el tiempo para explicarle los contenidos; por ejemplo, explicarles que no todas
las personas que sufren de un trastorno mental significa que son asesinos. Pero
también se les está enseñando a no tomar en cuenta aquellas reglas que están
hechas para ellos y acorde a sus niveles de desarrollo, pensarán que cualquier contenido
a su mano no tiene restricciones lo entiendan o no (como tener una cuenta de
facebook antes de los 12 años y sin supervisión), así como ver escenas
violentas o sexuales que se pueden prestar a confundirlos pues como están en
las películas, entonces es normal en la vida real.
No se
trata de restringirles el gusto por los disfraces, que jueguen o diviertan con
distintos medios de entretenimiento, sino que se trata de acompañarlos a lo
largo de su desarrollo, crecimiento y educación, tomarse el tiempo de
explicarles que existen riesgos y certezas en la vida, que hay cosas a las que
todavía no pueden acceder porque son pequeños, que lleva tiempo comprender y
reflexionar.
Existen
“películas de miedo” adecuadas al público infantil (así como libros,
actividades de cuentacuentos, caricaturas, etc.), existen personajes adecuados
para que ellos les agraden que transmitan valores y mensajes positivos. No
traten de “adelantar su niñez” teniendo que participar en contenidos que aún no
son adecuados para ellos/as, acompáñenlos a que sean niños/as felices,
reflexivos, empáticos, fomentándoles lo que necesitarán para ser adultos
responsables y autónomos.