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sábado, 2 de noviembre de 2019

Normalizando la violencia desde casa


NORMALIZANDO LA VIOLENCIA DESDE CASA


La fotografía que ha estado rondando por las redes, es reflejo de la realidad social y cultural en la que estamos viviendo. Dentro de la noticia podemos encontrar el descontento sobre el hecho y preguntarse en cómo los padres decidieron disfrazar a su hijo de esta manera. Es una realidad que vivimos indiscutiblemente, muy cruda y a un simple paso que la violencia ejercida en la narco-cultura esté a nada de ser normalizada.





Además que las noticias que presenciamos día a día, las imágenes cada vez son más explícitas, mostrando los cuerpos degollados, destazados y torturados, (agregando que también hay videos al respecto); ahora también son parte del repertorio del entretenimiento para adoctrinarnos sobre la violencia y se nos haga costumbre la muerte, pero no solo eso, sino que nos acostumbremos a muertes “de este tipo” donde sea normal saber que haya desaparecidos, muertes dolorosas, trata de personas, comercio sexual de mujeres y niños/as, etc. Es decir, privación de la libertad y violación a los derechos humanos. En el repertorio de Netflix, podemos encontrar series como “La reina del sur”, “Narcos” y “El Chapo”, y han ido en aumento las series dirigidas a esta temática. ¿Cuántas personas toman estas series como parte de su consumo de entretenimiento?

Por otra parte, existen sucesos mucho más sutiles que van siendo parte de lo que consumimos. Con el estreno de la película “Jóker”, hubo revuelo en expresar que no llevaran a los/as niños/as a verla por ser clasificación B-15, “que no salía Batman y que era muy violenta para su entendimiento”. ¿Con cuántas películas se debería hacer lo mismo, que los padres no lleven a sus hijos/as a ver películas con contenido fuera de su entendimiento? Esto mismo se relaciona con lo que acontece en estas fechas con el pretexto de Halloween y el Día de muertos, pues es indudable que los niños/as disfrutan disfrazarse, de salir, ver ofrendas y pedir dulces. ¿Cuántos papás/mamás permiten a sus hijos/as menores de 12 años ver películas con clasificación B y que se disfracen de personajes de esas películas?

Según la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), la clasificación para las producciones en los medios de comunicación en cine, televisión y radio:





Los padres y madres deben revisar con detenimiento el contenido de los productos que están a disposición de sus hijos/as, desde películas, libros y juguetes, hasta el uso de las redes sociales y el acceso a internet, sean desde fines educativos hasta de entretenimiento. ¿Cómo protegen a sus hijos/as de la violencia, les explican en qué consisten los riesgos actuales? ¿Consideran que es una exageración recomendar que sus hijos/as no vean contenidos no aptos para su edad?

Permitir que se disfracen de personajes como Chucky o Pennywise, puede implicar varias cosas en los/as niños/as. A pesar que en ocasiones haya adultos que acompañen al infante a verlas, no pueden evitar en algunos de ellos/as puedan provocan efectos negativos (como pesadillas o miedo a la oscuridad). Por ejemplo, no es válido que un niño más grande, un adolescente o un adulto se burle del infante si le causa miedo ver una película que no es apta para su edad.
  



  
Además, el adulto está normalizando que el infante vea películas que contengan violencia, escenas sexuales, expresiones inadecuadas, o personas que padecen de trastornos mentales y se convierten en asesinos. El infante se le hará “normal”, pero el adulto no se da el tiempo para explicarle los contenidos; por ejemplo, explicarles que no todas las personas que sufren de un trastorno mental significa que son asesinos. Pero también se les está enseñando a no tomar en cuenta aquellas reglas que están hechas para ellos y acorde a sus niveles de desarrollo, pensarán que cualquier contenido a su mano no tiene restricciones lo entiendan o no (como tener una cuenta de facebook antes de los 12 años y sin supervisión), así como ver escenas violentas o sexuales que se pueden prestar a confundirlos pues como están en las películas, entonces es normal en la vida real.

No se trata de restringirles el gusto por los disfraces, que jueguen o diviertan con distintos medios de entretenimiento, sino que se trata de acompañarlos a lo largo de su desarrollo, crecimiento y educación, tomarse el tiempo de explicarles que existen riesgos y certezas en la vida, que hay cosas a las que todavía no pueden acceder porque son pequeños, que lleva tiempo comprender y reflexionar.

Existen “películas de miedo” adecuadas al público infantil (así como libros, actividades de cuentacuentos, caricaturas, etc.), existen personajes adecuados para que ellos les agraden que transmitan valores y mensajes positivos. No traten de “adelantar su niñez” teniendo que participar en contenidos que aún no son adecuados para ellos/as, acompáñenlos a que sean niños/as felices, reflexivos, empáticos, fomentándoles lo que necesitarán para ser adultos responsables y autónomos.