¿QUÉ SON LAS HABILIDADES PARA LA VIDA?
En el
contexto de esta iniciativa mundial, Habilidades para la Vida (HpV) se refiere
a un grupo genérico de habilidades o destrezas psicosociales que
le facilitan a las personas enfrentarse con éxito a las exigencias y desafíos
de la vida diaria.
El
énfasis en habilidades psicosociales distingue esta estrategia de otras
que enseñan destrezas vocacionales, o se centran en aspectos prácticos de la
vida diaria. Esta propuesta asume que el desarrollo integral de niños, niñas y
jóvenes, así como la prevención de problemas psicosociales, requiere la adquisición
de competencias y habilidades específicas a nivel físico, psicológico, social,
cognitivo, moral y vocacional.
Habilidades
para la Vida son:
Destrezas
para conducirse de cierta manera, de acuerdo con la motivación individual y el
campo de acción que tenga la persona, dentro de sus limitaciones sociales y
culturales.
Un
eslabón entre los factores motivadores del conocimiento, actitudes y valores, y
el comportamiento o estilo de vida saludable (ver el gráfico de abajo).
Habilidades
para la Vida no son:
Comportamientos
en sí mismos. La educación en Habilidades para la Vida no se
basa en la enseñanza de “recetas” o prescripciones de comportamiento, sino en
la adquisición de herramientas específicas que le faciliten al individuo un
comportamiento más positivo y saludable (en el sentido holístico de la salud)
consigo mismo, con los demás y con el mundo en general.
Por
ejemplo, al fortalecer la habilidad para tomar decisiones, se busca que niños y
niñas aprendan, entre otras cosas, a identificar con claridad el asunto o
situación sobre la que deben decidir, a pensar en las distintas alternativas y
a valorar las ventajas y desventajas (para ellos y los demás) de cada una de
las opciones posibles. Las decisiones finales siempre dependerán, en última
instancia, de una combinación de factores internos y externos, muchos de ellos
impredecibles, por lo que el proceso educativo no podría centrarse en enseñar qué
decisiones deben tomarse en cuáles situaciones.
La
propuesta pedagógica para enseñar a tomar decisiones se fundamenta precisamente
en el fortalecimiento de la autonomía individual para que niños, niñas y
jóvenes sean protagonistas y artífices de su propia vida y de la construcción
de un mundo mejor.
Valores
(como la honestidad o la integridad) ni cualidades (como
la autoestima o la confianza en sí mismo). Sin embargo, existe una estrecha
relación entre la educación en HpV y el fomento de valores y cualidades. De una
aparte, la adquisición y aplicación efectiva de estas destrezas psicosociales influye
en la forma en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos y a los demás,
así como en la manera como nos perciben las demás personas. Habilidades para la
Vida contribuye así a nuestra percepción de autoestima y confianza en
sí mismos.
De otra
parte, la enseñanza de estas destrezas también requiere la discusión y
clarificación de los valores, creencias, prejuicios y conocimientos que
subyacen al comportamiento de los niños y jóvenes (ver el Capítulo 3, página 17,
“La educación en Habilidades para la Vida implica mucho más que el
aprendizaje de destrezas psicosociales”).
Una panacea.
Las habilidades sobre “cómo hacer las cosas” no son los únicos factores que
afectan el comportamiento humano. Las fuentes de apoyo y otros factores
socioculturales y familiares también se relacionan con la motivación y la
habilidad para comportarse o no de manera saludable.
¿Cuáles
son las principales Habilidades para la Vida?
Las
destrezas psicosociales necesarias para enfrentar con éxito los desafíos de la
vida diaria son muchas y muy diversas, y su naturaleza depende en gran medida
del contexto social y cultural.
Sin
embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso que existe un grupo
esencial de habilidades psicosociales, o Habilidades para la Vida, que
probablemente son relevantes para los niños, las niñas y los jóvenes en
cualquier contexto sociocultural, y que pueden agruparse por parejas en cinco
grandes áreas, ya que existen relaciones naturales entre ellas:
Conocimiento en sí mismo
Comunicación afectiva
Toma de decisiones
Pensamiento creativo
Manejo de sentimientos y emociones
|
Empatía
Relaciones interpersonales
Solución de problemas y conflictos
Pensamiento crítico
Manejo de tensiones y estrés
|
Características
de las Habilidades para la Vida
Especificidad
cultural
Cada
habilidad está compuesta por uno o más elementos, cuya naturaleza está
determinada por las normas y valores que definen lo que es un
comportamiento apropiado en cada contexto social y cultural. A su vez, las
normas y valores dependen de factores como el género, la edad y la condición
social.
En
términos generales, por ejemplo, la habilidad de comunicarse en forma
efectiva o asertiva incluye elementos como: contacto visual, nivel y
tono de la voz, postura corporal y gestos faciales, y espacio interpersonal.
Sin embargo, la forma específica, el grado y la oportunidad para
comunicarse de manera asertiva pueden ser diferentes de país a país. En
algunas culturas el contacto visual al hablar puede ser apropiado en
los hombres pero no en las mujeres, o entre personas de la misma edad, pero
puede ser considerado descortés en el caso de un menor que se dirige a un
adulto.
Naturaleza
genérica de las habilidades psicosociales
Estas
destrezas se consideran “genéricas” porque:
Una
misma habilidad tiene aplicación y es importante en el manejo de distintas
situaciones cotidianas y de riesgo psicosocial comunes durante la niñez y la
adolescencia.
En el
cuadro a continuación, se ilustra cómo, por ejemplo, la habilidad para
comunicar con claridad y de forma socialmente aceptable lo que pensamos y
sentimos, incluida la habilidad de saber decir “no”, o comunicación asertiva,
puede desempeñar un papel importante en el manejo de la sexualidad de los adolescentes
y jóvenes, las relaciones interpersonales y la violencia intrafamiliar.
Se
requieren distintas habilidades para enfrentar con éxito una determinada
situación.
No
existen habilidades únicas o exclusivas para cada situación psicosocial o problema
de salud, aunque algunas destrezas pueden ser más relevantes en ciertas
situaciones que en otras. El comportamiento de las personas es en extremo
complejo y en la práctica existe una relación muy estrecha, en ocasiones
inseparable, entre las distintas Habilidades para la Vida.
Por
ejemplo, en la base de la dificultad o incapacidad para solucionar los
conflictos de forma no violenta, se encuentran diversos factores: prejuicios e
ideas erróneas sobre personas, grupos sociales o situaciones; temores; dificultad
para tolerar las diferencias; y patrones aprendidos e interiorizados, entre
otros.
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