Cuando
revisé la siguiente nota de MSV, me hizo reflexionar sobre los mensajes que dan
los líderes espirituales a la gente, sobre ciertos tópicos de preocupación
actual. Como lo son, las nuevas construcciones familiares.
La
Iglesia se preocupa de las familias monoparentales, mientras que lo importante
sería darles buenos consejos a las familias, de generarles reflexiones,
apertura y valores sobre la familia, la educación, el respeto y la armonía,
solo por mencionar algunas.
La
acostumbrada y conocida construcción familiar, también tiene muchas fallas que
se notan al ver el comportamiento de los niños/as de ahora. La niñez se está
viendo afectada por falta de valores bien fundamentados hacia ellos, pues no se
les está enseñando el respeto hacia cualquier tipo de vida, que existen tanto
derechos como obligaciones, tiempo y espacio de calidad para la convivencia, la
expresión libre de pensamientos y sentimientos, encaminarlos a la reflexión de
sus actos, disfrutar las cosas simples de la vida, mostrarles la capacidad
creativa que tienen, entre otras tantas cosas.
Se
piensa que “lo correcto” viene de tener un papá, una mamá, hermano y hermana
(por suponer un ejemplo), pero no se trata de ello. En general, las personas adultas no están atendiendo lo principal para
conducir a sus familias, y esto es tan simple como atender su propio ser. De
nada sirve construir “la familia acostumbrada” si alguno de los padres sufre de
depresión, alcoholismo, frustración laboral, falta de espiritualidad, existe
violencia, no se tiene criterio propio, etc. Y en esto, puede recaerse a una
apariencia que estar en una “familia acostumbrada” es la mejor opción para
educar a los sus hijos/as.
¿Qué
pasa con las nuevas construcciones familiares? Hoy día, las relaciones humanas
han cambiado en extremo, por lo que se ha diversificado la forma de ver la
familia y, por tanto, también ha cambiado la forma de trabajar con uno mismo,
pues el movimiento de la sociedad, nos ha orillado a cambiar la perspectiva de
muchas cosas, son muchas circunstancias que hoy debemos afrontar
cotidianamente.
No
es nuevo, que madres solteras tengan parejas que “adoptan” a estos niños/as que
no son de su sangre. A la vez, crean una familia donde existen medios hermanos.
Y hoy, también se presentan casos en
donde existen padres solteros, donde las madres ya no desean hacerse
responsables de esos niños/as que traen al mundo (como fueron y siguen siendo
criticados aquellos “hombres” que abandonaron a esas mujeres). Esta es una
nueva construcción familiar, de la que casi no se habla, pero que ha existido
desde siempre. ¿Qué pasa en estos casos? Sea madre o padre quien decide
abandonar a un hijo/a, es cuestión del interior de esa persona llegar a esa
decisión. Así como esas personas que llegan con parejas con hijos no sanguíneos
y aceptan esas circunstancias porque le dan importancia a la persona y a sus
hijos/as. ¿Cómo crecen estos niños/as, se les dan las herramientas para
comprender esta forma familiar?
Tener
padre y madre, no siempre garantiza una familia estable y armónica. Cantidad de
madres solteras, han hecho cosas increíbles por sus hijos/as para sacarlos
adelante, haciendo sacrificios enormes (así como tampoco dudo, que haya sido al
contrario).
Y,
¿qué pasa con la adopción? Aquellos padres (mujer y hombre) que no pueden procrear
naturalmente y deciden adoptar, están dándole un lugar a un niño/a. Este tipo
de personas, deben estar conscientes de la paternidad/maternidad desde otro
punto de vista, viven la familia desde otra perspectiva, crean un vínculo
afectuoso desde lo que ellos desean y creen mejor para esos niños/as que están
adoptando.
Y
lo anterior, lleva a las parejas homosexuales que desean tener hijos. Sea el
motivo que los lleve a que alguno haga uso de su biología para procrear, o sea
el motivo que los conduzca a adoptar, creo que deben ser también personas
conscientes de darles lo mejor a estos niños/as que estarán siendo parte de una
familia monoparental. Este tipo de personas, también están construyendo desde
la apertura de sus vivencias, saben que formarán un vínculo afectuoso
diferente, que educar a estos niños/as también es una tarea difícil como el
simple hecho de formar una familia.
Muy
en general, las personas que deciden formar una familia, deben ir más allá de
la procreación, de sentir que traen al mundo un pedazo de ellos mismos. No importa
si las parejas son monoparentales o las acostumbradas, es una cuestión de la
persona en sí, de cada individuo en esta sociedad, de cómo cada uno de nosotros
nos hacemos cargo de nuestro ser en este mundo. Tener un hijo/a, es estar consciente que ya no se trata de uno mismo,
se trata de esa personita que se estrena en el mundo. Y si uno, no sabe
hacerse cargo de su ser, ¿qué le puede ofrecer a esa nueva personita, si el
ejemplo es su más grande enseñanza? No vale la pena esforzarse en mantener a
una familia bajo el yugo de la violencia, pues acarreará sufrimiento a cada
integrante, por lo que es mejor que esa pareja se disuelva y se construya desde
otro ángulo. Es mejor ser madre/padre soltera/o cuando la pareja no desea estar
ahí. No se trata que si las parejas monoparentales “traerán pánico escénico a
la sociedad”, es que esa pareja sepa cómo hacer una familia desde sus personas.
No se puede afirmar que las parejas heterosexuales traigan en sus genes los
valores de la familia, que por ello se piense que una pareja monoparental no
puede crear una familia. Es simplemente, la cuestión de cada persona, de cómo
se ve la vida (la filosofía de cada uno), de cómo se desea educar a esos
niños/as (valores como responsabilidad, respeto, lealtad, armonía), de cómo
mostrarles la cultura, la espiritualidad, las artes, etc.
Hay
muchas personas que tienen hijos/as pensando en la preservación de la especie o
porque es una condicionante social, pero va más allá. Surge del interior de
cada ser, creerse capaz y serlo de estar a cargo de una personita, no
importando si salió de sus entrañas o se ha adoptado, si se trata de
madre/padre soltera/o, si se es heterosexual u homosexual. Los padres de hoy
día, ¿se preguntan qué es ser madre, padre? ¿Se preguntan de qué trata la
maternidad o paternidad, de qué trata ser una pareja equitativa en estos
tiempos?
Las
relaciones humanas cambiaron, y desde mi punto de vista, estamos carentes de
reflexión. Términos como “machismo o feminismo, mandilón o dejada”, “equidad o
igualdad”, son términos culturales que existen por la estructura de la
sociedad. En muchas culturas, varía la
estructura familiar, así que tenemos diferencias palpables de cómo se desea
educar a los hijos y, a la vez, implementar un sistema que funcione para la
familia que se construye. Cada uno de nosotros debería plantearse en primera
instancia, qué es lo que deseamos para nuestras vidas; después plantearse qué
se busca en una pareja y cómo construir una familia.
Si
los líderes espirituales, van a hablar sobre la familia, entonces, deberían
enfocarse en la carencia que se presenta en el ser humano, en lo que le falta a
la humanidad. No solo hablar de aquello que les hace ruido en sus cabezas y no
vislumbrar el panorama general de la existencia en estos tiempos.
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