Los investigadores que estudian cómo
reaccionan los padres con sus hijos han descubierto que existen tres estilos
generales de ser padres: el autoritario, el permisivo y el autorizado. Los
padres autoritarios establecen normas estrictas y esperan que sean obedecidas.
Creen que los niños deberían ser "mantenidos en su lugar", y los
desalientan a expresar sus opiniones. Los padres autoritarios tratan de dirigir
un hogar sobre la base de la estructura y la tradición, aunque en muchos casos
su énfasis en el orden y el control se vuelve una carga para el niño. En su libro,
Raising a Responsible Child (Educando a un niño responsable), Elizabeth Ellis escribe:
"Según muchos estudios, los niños de familias autoritarias que ejercen un control
rígido no la pasan muy bien. (...) Tienden a ser infelices y reservados, y tienen
dificultades para confiar en los demás. Presentan los niveles más bajos de autoestima
(comparados con los niños educados por padres que no ejercen un control tan
marcado)".
El padre permisivo, por otra parte,
busca mostrar la mayor aceptación y transmitir el mayor aliento posible, pero
tiende a ser muy pasivo cuando se trata de fijar límites o de responder a la
desobediencia. Los padres permisivos no imponen exigencias fuertes y ni
siquiera tienen metas muy claras para sus hijos, creyendo que se les debería
permitir un desarrollo conforme a sus inclinaciones naturales.
Los
padres autorizados, contrariamente a los padres autoritarios y a los
permisivos, logran equilibrar límites claros con un ambiente estimulante en el
hogar. Ofrecen una orientación, pero no ejercen control; dan explicaciones para
lo que hacen permitiendo al mismo tiempo que los niños contribuyan en la toma
de decisiones importantes. Los padres autorizados valoran la independencia de
sus hijos pero los comprometen con criterios elevados de responsabilidad hacia
la familia, los pares y la comunidad.
El comportamiento dependiente e infantil es desalentado. Se alienta y elogia la
competencia. Tal como podría esperarse, numerosos estudios consideran que los
padres autorizados tienen el estilo que puede permitir el crecimiento de niños
con confianza en sí mismos, independientes, imaginativos, adaptables y simpáticos
con grados elevados de inteligencia emocional. Aunque estas definiciones
amplias pueden resultar útiles para las investigaciones, de muchas maneras son
también demasiado simplistas. En realidad, frecuentemente se encuentran
familias donde hay un padre autoritario y otro permisivo. Estos padres pueden
en realidad equilibrarse entre sí en la forma en que educan a sus hijos. En otras
familias, vemos padres autoritarios en algunos aspectos de la crianza de sus hijos,
pero demasiado permisivos en otras áreas. Pueden describirse más como padres
demasiado indulgentes que como padres permisivos aunque, según Elizabeth Ellis,
el efecto neto es el mismo. Según Ellis, los padres norteamericanos promedio
pueden amar a sus hijos en forma algo excesiva para su propio bien, resultándoles
muy difícil negar a estos cualquier cosa que quieran.
Fuente: Lawrence Shapiro. Inteligencia Emocional de los niños. Guía para padres sobre Inteligencia
Emocional.
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