Páginas

domingo, 9 de agosto de 2015

El Niño Viene a Terapia

¿Qué es lo que motiva a un padre para traer a un niño a terapia?

Muchos niños manifiestan tipos de conductas que indican que algo anda mal. Sin embargo, la mayoría de los padres vacilan antes de buscar ayuda. Creo que casi todos ellos preferirían no creer que su hijo tiene el tipo de problema que pudiera requerir ayuda profesional. Se dicen a sí mismos: "Es sólo una etapa; el chico la superará". ¿Quién quiere admitir que no ha sido el padre perfecto? Y para la mayoría, el costo de la terapia no es fácil de soslayar, sin considerar además el tiempo que involucra traer al niño a las sesiones. También hay un riesgo respecto a lo que podría surgir si se lleva al niño a un terapeuta. Algunos padres sienten secretamente que pueden ser ellos quienes necesitan ayuda, y este hecho no es encarado fácilmente.

A veces los padres traen a los niños a terapia porque algo fuera de lo común ha sucedido y quieren asegurarse de que el niño exprese y termine con cualquier sentimiento abrumador derivado del incidente. Ejemplos de tales sucesos pueden ser la muerte o enfermedad de un ser querido, abuso, vejación o una experiencia profundamente atemorizante como un accidente o un terremoto.
De vez en cuando es el niño quien directamente pide ver a alguien. Muchos adolescentes han iniciado ellos mismos la terapia. Algunos niños con los que he trabajado previamente, a veces solicitan ayuda.

Una chica de 9 años a quien yo había visto por cerca de tres meses de tratamiento continuado, de cuando en cuando dice a su madre: "Necesito que me consigas hora con Violet".

No es un asunto sencillo juzgar cuándo es el momento apropiado para traer a un niño a terapia. Con frecuencia es el niño mismo quien se encarga de que se haga algo —peleando con mayor ardor en alguna dirección hasta que alguien lo advierta. Las escuelas son a menudo las primeras en notarlo, y sin embargo, no recomendarán ayuda hasta que la situación sea grave.

Creo que otra gran razón por la que los padres titubean en buscar ayuda es que piensan en la terapia como un proceso continuo que involucra un largo período de tiempo, quizás años (comento esto más extensamente en la sección Término). Hay por cierto algunos niños que requieren tratamiento prolongado. En general, sin embargo, encuentro que muchos problemas pueden ser tratados en 3 a 6 meses de sesiones una vez por semana.

Antes de empezar a trabajar con un niño recibo a veces rumas de papeles referentes a él; resultados de tests, informes de diagnósticos, sumarios judiciales, informes escolares. Constituyen una lectura interesante, pero llegando al grano, sólo puedo manejar al niño con lo que él me presenta. Si confío en la información que me han dado sobre el niño para establecer mi base de trabajo con él, estaría tratando con lo que está escrito en un papel y no con el niño. Lo que está escrito en estos papeles es la percepción, hallazgos y a menudo juicios injustos de otra persona.

El niño está haciendo contacto con alguien que se halla dispuesto a aceptarlo tal como es en ese momento, sin una capa de prejuicios o juicios prematuros sobre él. Puede mostrar otro aspecto de sí mismo, quizás una faceta gentil y sensible, una parte suya que tal vez le cueste expresar ante sus padres y profesores.



Fuente: Ventanas a nuestros niños. Violet Oaklander. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario